jueves, 28 de agosto de 2014

¡Hasta siempre Comandante!


José Rosario Araujo

Conocí al Comandante Arauca en los años ochenta cuando como adolecente inquieto,  estaba en la búsqueda de un mundo mejor. Quien mejor que él con su enseñanza y su ejemplo para ser el modelo a imitar por aquella cantidad de jóvenes que de una manera u otra creímos en aquel proyecto llamado PRV-Ruptura del cual este  famoso comandante guerrillero fue fundador. 

Recuerdo las reuniones en donde participábamos “Churupo”, Orestes Borjas, Ramón Ribas, Iris y Sandra Matheus, Nilce y Alcides  Betancourt, Alirio Cabrera, Nubia Uribe,  Edgar y Juancho  Barreto; todos jóvenes estudiantes de los liceos Rafael Rangel, Pedro García Leal y del Nurr que llevábamos el ejemplo de aquellos hombres que pudiendo llevar una vida tranquila lo  dejaban todo  por luchar por un tercer camino y uno que brillaba era el famoso Comandante Arauca.

Siempre Comandante, con tu don de gente, con tu forma tan especial de ser, con tu conversación tan fluida y formadora ya que eras historia viva. Hoy partes a la eternidad pero tu recuerdo, tu enseñanza quedaran siempre impresos en nosotros, en nuestros hijos y nietos,  ya que seremos los narradores de tu claro ejemplo de lucha histórica en contra del imperialismo.

No solamente fuiste un importante  y reconocido revolucionario, fuiste un gran amigo, un ejemplo como padre y esposo,  donde estés debes sentirte satisfecho con lo que realizaste en esta vida, dejando ahora un gran vacío con tu partida. 

Parece mentira comandante que te hayas ido, aunque los hombres como tú siempre se mantendrán vigentes,  ya que tu transitar por la vida fue un ejemplo gigante  de entrega a la lucha revolucionaria.
Evocaba  aquel día en Trujillo en donde junto al recordado camarada Pedro Pablo Rivero nos contabas sobre tu libro “Venezuela Petrolera en Tres Tiempos”. Quedaron tantas conversaciones pendientes Comandante, quedaron tantos temas que tratar, tantas horas amenas para conversar.

Se te nublo la mente y te fuiste,  dejando preguntas que no contestaste, cuentos que no narraste e historias que no contaste y duele tu partida porque con personas como tú se hace la vida, se hace la historia,  se pelea contra los molinos de viento pero sobre todo; mi buen amigo; sembraste de ejemplo el camino de aquellos que te conocimos por tu obra y tu amistad.

¿Quién no conoció a este gran hombre, hombre de lucha y entrega?   Hoy recibo de mi buen amigo Lenin Pérez la noticia de  tu partida y paz a tus  restos.
Los que mueren y han vivido por la vida nunca morirán. ¡Hasta siempre Comandante!

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