El país caribeño ha vuelto a demostrar que es una de las
democracias más sólidas de Latinoamérica. Las elecciones han sido limpias y
transparentes, con una participación del 80%, impensable en otras latitudes.
Este elevadísimo índice es más sorprendente aún si se tiene en cuenta que desde
1998, año en el que Chávez accedió a la Presidencia, el pueblo ha sido llamado
15 veces a las urnas. Por comparar, el Gobierno de Venezuela convocó un
referéndum vinculante en 2007 para introducir varias reformas constitucionales
mientras que PSOE y PP pactaron en privado y sin consultar con el pueblo la
imposición del límite al déficit público en la Constitución (por cierto, Hugo
Chávez perdió el referéndum y aceptó su derrota sin ningún problema).
2.- Los medios de comunicación
han quedado deslegitimados
La prensa internacional, con El País y ABC a la cabeza, han
manipulado la información para presentar a la derecha como una opción vencedora
frente a un Chávez abandonado por el pueblo y que sólo se mantendría gracias al
uso abusivo del poder institucional. Amparándose en el desconocimiento de su
audiencia sobre la realidad de Venezuela, no han dudado en informar sólo de las
encuestas que daban como ganador a Capriles, entrevistar únicamente a
opositores, presentar a destacados antichavistas como supuestos analistas
imparciales o tergiversar datos y hechos. De nuevo, los medios de comunicación
de masas han incumplido su principal obligación y razón de ser que es
garantizar el Derecho a la Información de la ciudadanía (consagrado en el
artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos). Por eso, la
prensa es percibida como uno de los principales problemas del Estado español,
según las encuestas.
3.- El pueblo apoya a
Chávez
El presidente mantiene un respaldo mayoritario. Ganar por
diez puntos tras 14 años en el poder está al alcance de muy pocos mandatarios.
Los resultados demuestran que el electorado venezolano no comparte la grotesca
caricatura que las terminales mediáticas y políticas del neoliberalismo hacen
del líder bolivariano. La conexión entre Chávez y el pueblo se sustenta en los
avances de estos años. El cumplimiento de lo prometido es lo que le permitió el
pasado jueves, ante más de un millón de personas, decir “Yo nunca les he
fallado; yo nunca les he mentido” y que sonara creíble.
Las primeras declaraciones ante el triunfo de Chávez anuncian
que se mantendrá el acoso. Continuará el hostigamiento, las difamaciones, las
críticas de trazo grueso y los chantajes políticos y económicos. Una vez más,
las supuestas democracias avanzadas no respetan la decisión de los pueblos
cuando creen que ésta va en contra de sus intereses.
5.- Hay alternativas
Venezuela es la prueba de que otro modelo es posible. Sus
logros son incontestables: 5,6 de crecimiento del PIB; descenso a la mitad del
desempleo, que ha pasado del 15% de 1998 a un 7% en la actualidad y continúa
bajando; erradicación del hambre y el analfabetismo; disminución de la pobreza
del 6%0 al 27% y de la pobreza extrema del 25% al 7%; quinto país del mundo en
tasa de matriculación universitaria; extensión de la sanidad universal y
gratuita… Otros transitan ya la misma senda, con mayor o menor similitud:
Bolivia, Ecuador, Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Honduras (en estos dos
últimos países el neoliberalismo no dudó en derrocar mediante golpes de estado
a los gobiernos legítimamente elegidos). Latinoamérica es hoy la última
trinchera frente al dogma de los recortes, las privatizaciones y la supresión
de derechos. Las clases populares europeas harían bien en mirarse en este
espejo.
*Periodista del Estado español y colaborador de la Fundación
CEPS
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