jueves, 8 de noviembre de 2012

Los “rebeldes” sirios respaldados por EE.UU. sumidos en el caos


Bill Van Auken*
Global Research
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens.

Cuatro días de reuniones en Doha, capital de Catar, de elementos respaldados por Occidente que apoyan el derrocamiento del gobierno sitio, comenzaron en una situación caótica el domingo, después de la demanda de la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, de una reorganización dentro de la así llamada dirigencia rebelde.

Clinton dio a los opositores sirios su aviso de despido el miércoles pasado, declarando que descartaba a la dirigencia que EE.UU. había apoyado previamente por ser una pandilla de exiliados irrelevantes que no han puesto un pie en Siria durante décadas e insistió en que Washington quiere conectarse con los que “combaten y mueren” en la guerra civil que hace estragos dentro del país en Medio Oriente.
En realidad, ha quedado en claro que EE.UU. se propone componer una dirigencia “respetable”, con representantes de los diversos grupos religiosos y étnicos que componen la población siria a fin de disfrazar mejor el amargo carácter sectario del conflicto avivado por Washington, así como el papel crecientemente destacado jugado por milicias islamistas conectadas con al Qaida.

Las conferencias en Doha comenzaron con una reunión del CNS (Consejo Nacional Sirio), patrocinado por la Liga Árabe y la monarquía suní de Catar, que debía incorporar a nuevos miembros en un esfuerzo por evitar el intento de EE.UU. de privarlo de su franquicia como oposición siria respaldada por los imperialistas. Dominado en gran parte por la sección siria de la Hermandad Musulmana, el CNS indicó su profundo desacuerdo con la acción de EE.UU., sin aclarar al principio si simplemente la rechazaría o regatearía por un mejor acuerdo con Washington.

El Departamento de Estado de EE.UU. ha indicado que está dispuesto a ofrecer al CNS 15 escaños en la dirigencia de 50 miembros del nuevo frente que está siendo amañado por Washington. Llamado Iniciativa Nacional Siria (INS), se supone que este nuevo frente se reúna en Doha el miércoles y el jueves.
Según informes de prensa, el jefe del CNS, Abdelbaset Sieda, ha rechazado la propuesta de EE.UU. argumentando que su Consejo Nacional Sirio debiera tener por lo menos un 40% de los sitios en la nueva Iniciativa Nacional Siria.

Al anunciar el cambio en la política de EE.UU. durante una conferencia de prensa en Croacia, Clinton dejó en claro que Washington está seleccionando cuidadosamente una dirigencia siria que se propone instalar como gobierno de transición que serviría como títere de EE.UU. El Departamento de Estado, reveló, ha “recomendado nombres y organizaciones que cree que deben ser incluidos en cualquier estructura de dirigencia”.

Al parecer el anuncio sorprendió a los aliados de Washington. “El gobierno de EE.UU. no dio ninguna información anticipada de su intención de renunciar al consejo como el principal grupo aglutinador, dijeron diplomáticos de tres países”, informó McClatchy Newspapers el lunes. “Dijeron que sus gobiernos supieron de la iniciativa por informes en las noticias”.

Un diplomático occidental citado por McClatchy cuestionó la cordura de las observaciones de Clinton sobre la selección de los individuos y de las organizaciones que serán incluidas en la nueva dirigencia. “Los sirios dirán que los estadounidenses están imponiendo los nombres”, dijo. “Y no estoy seguro de que los estadounidenses propondrán a la gente adecuada”.

Turquía, que ha jugado un papel importante en el suministro de armas, entrenamiento militar, bases y otro tipo de apoyo a los así llamados rebeldes, se apresuró a responder al giro estadounidense, convocando para el viernes en Ankara a una reunión de dos horas entre el ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, y la dirección del CNS.

No es evidente si el gobierno islamista suní en Ankara y la monarquía suní en Catar, que según las informaciones ha suministrado grandes cantidades de armas a milicias islamistas que combaten dentro de Siria, están de acuerdo con la acción de EE.UU.

La creación, impulsada por EE.UU., de la nueva Iniciativa Nacional Siria también ha sido bautizada como “plan Riad Seif”, según el principal individuo propuesto por el Departamento de Estado para dirigirla.
Seif es un capitalista sirio que comenzó como fabricante textil antes de obtener la franquicia de Adidas en Siria en los años noventa. Trató de formar un partido burgués como alternativa para los gobernantes baasistas y se indispuso con el régimen de Asad al cuestionar un acuerdo que colocaba a la principal compañía de teléfonos móviles del país en manos de un miembro de la familia Asad.

Como dejan en claro los cables clasificados de la embajada publicados por WikiLeaks, Seif tuvo reuniones regulares con funcionarios de la embajada de EE.UU. en Damasco para informarlos sobre sus propias actividades así como para suministrar su evaluación del suceder dentro del régimen de Asad. En otras palabras, es el hombre de Washington.

En su declaración de la semana pasada, Clinton emitió su ultimátum al CNS, declarando que “ya no puede ser visto como el dirigente visible de la oposición”.
Esta curiosa selección de palabras sugiere que se necesita una dirigencia “visible”, que sea secular, sólidamente burguesa y orientada hacia Occidente, para que sirva de fachada para las verdaderas fuerzas que libran la guerra por el cambio de régimen dentro de Siria, que son cada vez más sectarias e islamistas, incluyendo a una gran cantidad de combatientes extranjeros vinculados a al Qaida que han llegado al país desde Iraq, Libia, Arabia Saudí, Argelia, Chechenia, y otros sitios.

Esta dirigencia “visible” lograría que fuera más factible desde el punto de vista político que Washington intervenga de un modo mucho más directo en la guerra en Siria una vez que hayan pasado las elecciones presidenciales en EE.UU.
El gobierno ruso atacó la convocatoria del nuevo frente opositor en Doha, declarando que Washington está violando un acuerdo alcanzado en Ginebra el verano pasado que compromete a todas las partes a que busquen un fin de los combates y una transición negociada hacia un nuevo gobierno en Siria.

El ministerio de Exteriores ruso acusó el lunes al Departamento de Estado de haber emitido “órdenes directas sobre lo que debe hacer la oposición siria para formar un ‘gobierno en el exilio’ y sobre quién debe formar parte de un tal gobierno”.

Mientras Washington trabaja para establecer su nuevo frente de oposición en Doha, la cruel guerra civil que está fomentando dentro de Siria continuó y desmintió toda la jerga de preocupación humanitaria y transición democrática.

Un coche bomba estalló el lunes en un sector densamente poblado en Damasco, matando a 11 personas e hiriendo a por lo menos dos docenas más, muchas de ellas gravemente. Las víctimas incluían a mujeres y niños. Otro atacante suicida atacó en Hama. La agencia oficial estatal de noticias, SANA, informó que dos civiles fueron muertos en la explosión y otros 10 heridos en un ataque contra una agencia de desarrollo dirigida por el gobierno. Fuentes de oposición afirmaron que habían atacado un puesto avanzado de las fuerzas de seguridad sirias y matado a 50 personas.

En un tercer ataque, dos personas fueron muertas cerca de Damasco por una bomba al borde de la ruta.
La ola de ataques habría sido denunciada por Washington como terrorismo si hubiera tenido lugar en otro sitio de la región, pero en Siria semejantes ataques cuentan con el apoyo de EE.UU.

Tienen lugar después de la masacre del jueves pasado de por lo menos una docena de soldados sirios capturados por milicianos islamistas en las afueras de Saraqeb en el noroeste de Siria. Un vídeo descriptivo de la matanza subido a los medios sociales el mismo día muestra a los milicianos golpeando y pateando a soldados heridos que suplican que les perdonen la vida. Gritándoles “perros de Asad”, los amontonaron y los ejecutaron con fuego de rifles automáticos.

*Bill Van Auken es un político y activista estadounidense del SEP (Socialist Equality Party), de tendencia trotskista. Fue candidato a las elecciones presidenciales estadounidenses de 2004.    

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