Círculo Robinsoniano de
Estudiantes Venezolanos en Rusia
La lucha por la independencia de
los pueblos, el derecho a la educación, a la salud, a la alimentación y a la
satisfacción de sus necesidades básicas, debe ser siempre la razón de ser de
las revoluciones políticas y sociales en el mundo.
Hoy cuando conmemoramos otro aniversario más de
la gloriosa Batalla de Carabobo, que junto a la de Boyacá, Pichincha y Ayacucho
permitieron para ese momento vislumbrar a una América sin fronteras, unida por
los mismos anhelos de equidad y justicia social.
Debemos invocar ese amor patrio,
ese espíritu de lucha por los ideales más puros y nobles a favor de los
desposeídos, en detrimento de la depredación que representa un sistema
capitalista, que tiene cual transnacional, representantes y/o fervientes
seguidores en toda nuestra América.
Esa América que en conjunto posee
las reservas más grandes de agua potable del mundo, diversidad de flora y
fauna, aire puro, aire para la vida; que aunado a la inmensa riqueza mineral,
resulta el trofeo más codiciado para el suicida e insaciable modo de vida que
el sistema capitalista, del imperio y sus lacayos quieren imponer al mundo.
Volvió a suceder en el Paraguay,
con un Presidente elegido por la mayoría de un pueblo, que al mejor estilo de
la oligarquía venezolana, “prácticamente de un plumazo”, fue removido de su
cargo y sus funciones sin el universal derecho a una defensa justa, enmarcada
en la constitución y las leyes. Pero quién está detrás de esta nueva ofensiva,
quienes desean invocar al pasado, en beneficio de unos pocos y prejuicio de un
pueblo que renace.
Por supuesto que los mismos
apátridas, cuya única nacionalidad es el mayor usufructo, al menor esfuerzo y
costo posible. Esa oligarquía, que en el caso de Paraguay, aún no ha permitido
el ingreso de Venezuela al Mercosur, esa pandilla que se opone a la
erradicación del latifundio y a la diversificación del campo.
Esta reflexión debe ir más allá
de un llamado de atención, de lamentar profundamente lo sucedido antes en
Honduras y hoy en Paraguay, debe ser un alerta para estrechar a un más los
lazos de hermandad entre los pueblos de América Latina, activar de una vez por
todas los mecanismos políticos, militares y legales, para que más nunca los
Imperios y sus serviles masacren y exploten a nuestros pueblos y a nuestros
recursos naturales, y mucho menos cercenen nuestro único derecho al nacer,
soñar y creer que una vida digna para todas y todos.
Con Chávez Resteados!
Hacia el Octubre Glorioso!
Independencia y Patria
Socialista!!
Viviremos y Venceremos!!!
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