Alex Contreras Baspineiro
El enfrentamiento entre efectivos
policiales y militares, el presunto atentado a la vida de un ministro, el
traslado de armamento a unidades estratégicas y el estallido de una espiral de
violencia generalizada estarían destinados a un golpe de Estado en Bolivia,
según fuentes oficiales que denunciaron el “Plan TIPNIS”; aunque dirigentes del
motín policial y de la marcha indígena responden que los golpistas están en el
propio gobierno.
"La derecha está buscando
muertos y, compañeros, no vamos a prestarnos a la derecha para que haya
muertos. Entonces, para eso hermanas y hermanos vamos a defender este proceso,
somos parte de este proceso y vamos a defender hasta las últimas consecuencias",
aseveró en una concentración de trabajadores mineros, el Presidente Evo Morales
Ayma.
De acuerdo a la interceptación de
una presunta comunicación radial entre los policías movilizados realizada por
la “inteligencia del gobierno”, se habría convocado a preparar bombas molotov
para atacar a efectivos del ejército, atentar contra la vida de un ministro y
ejecutar el golpe.
“Los únicos golpistas están en el
propio gobierno porque hay ministros y viceministros de derecha que antes
estuvieron con los regímenes neoliberales aunque ahora se digan que son parte
del proceso de cambio, nosotros estamos marchando por la defensa del territorio
y la vida”, respondió el presidente del Territorio Indígena Parque Nacional
Isiboro Sécure (TIPNIS), Fernando Vargas.
El motín policial que hoy ingresó
en su quinto día de conflictividad demanda al gobierno mejoras salariales y la
marcha indígena que arriba mañana a la sede de gobierno exige que no se
construya una carretera por el corazón de un parque nacional.
“Los policías no somos golpistas,
los golpistas son los militares y los ministros neoliberales. Lo único que
estamos reclamando es una vida más digna, como dice el gobierno queremos vivir
bien y no con salarios de hambre. Rechazamos de manera enfática esa acusación
del gobierno porque sólo está utilizando una cortina de humo para no atender
las necesidades vitales de los policías”, dijo el representante de Seguridad
Física de la Policía, Pascual Llanos.
Miles de policías de baja
graduación –cabos, sargentos, suboficiales y clases- y, en algunos casos,
policías de alto rango se amotinaron a lo largo y ancho del territorio nacional
con demandas concretas: nivelación de sus salarios a los que perciben los
efectivos de las Fuerzas Armadas (antes golpistas, hoy aliadas del oficialismo),
una jubilación equivalente al 100 por ciento del último salario, la
conformación de la Defensoría del Policía y la abrogación de una ley de régimen
disciplinario que, entre algunos aspectos, sanciona drásticamente a los
uniformados de bajo rango y prohíbe la conformación de sindicatos.
Los amotinados, luciendo su
uniforme verde olivo, con el rostro cubierto y portando en algunos casos
armamento, realizan inéditas movilizaciones en pleno corazón del centro
político boliviano, así como en la mayoría de las instituciones que están
controladas.
ENFRENTAMIENTOS
La convocatoria de grupos afines
al gobierno para realizar movilizaciones y defender el proceso de cambio hasta
el momento fracasó porque la respuesta fue muy pobre.
Marcha indígena en carretera Tipnis |
En su primer intento, representantes
de movimientos sociales fueron desalojados por la fuerza de plaza Murillo (La
Paz), donde se encuentra el Palacio de Gobierno, por los policías amotinados
que, anunciaron que los únicos responsables de posibles víctimas serán las
autoridades gubernamentales.
En los seis años de gobierno del
proceso de cambio, nunca antes los representantes de movimientos sociales
–afines al oficialismo- fueron echados a golpes, palos y gases de la plaza del
poder político del país.
En las últimas horas, por cadenas
de los medios de comunicación gubernamentales, diferentes dirigentes de los
movimientos sociales convocaron a sus bases a defender al gobierno y al proceso
de cambio, pero la respuesta aún es débil por la contundencia del motín
policial.
“Les decimos a los diferentes
sectores sociales que no nos provoquen porque este movimiento no es contra el
gobierno sino sólo para defender los derechos de los policías de base. Si en
los enfrentamientos se producen muertos y heridos será de exclusiva responsabilidad
del gobierno y no de los policías que estamos reclamando pan para nuestros
hijos”, señaló la dirigente de las esposas de policías, Guadalupe Cárdenas.
“Nuestra marcha es pacífica
además de sacrificada. No estamos financiados por la derecha ni por el oenegismo,
no estamos manipulados por nadie, no portamos armas y no queremos enfrentarnos
a nadie; sólo le queremos decir al gobierno que sea coherente con su discurso
para defender la Madre Tierra y no construya una carretera por el núcleo de un
parque nacional”, dijo el principal dirigente indígena, Adolfo Chávez.
Fuentes oficialistas señalan que
así como ocurrió con el presidente Fernando Lugo de Paraguay, los sectores
movilizados estarían buscando un enfrentamiento en Bolivia para que se
produzcan decesos, motivo que serviría para cuestionar la gestión de Evo
Morales Ayma.
Para las próximas horas está
programado el ingreso de miles de marchistas indígenas a la sede de gobierno,
lo que según el gobierno podría derivar en mayores índices de conflictividad y
sería parte del “Plan TIPNIS”.
La marcha indígena fue iniciada
el 27 de abril en Trinidad (Beni) y su avance tuvo grandes dificultades porque
los propios sectores afines al gobierno impidieron su transitar en diferentes
poblaciones. Los miles de marchistas se encuentran a poco más de 20 kilómetros
de la sede de gobierno después de recorrer más de 600 kilómetros, en dos meses
y su demanda principal está enfocada en la derogación de una ley de consulta
posterior a la construcción de una carretera que pretende destruir un parque
nacional.
La columna de marchistas está
integrada por mujeres, niños, ancianos y hombres de la mayoría de las
poblaciones indígenas del país.
DESOBEDIENCIA
La nueva Constitución Política
del Estado (CPE) en su artículo 251 señala que la Policía Boliviana, como
fuerza pública, tiene la misión específica de la defensa de la sociedad y la
conservación del orden público y el cumplimiento de las leyes en todo el
territorio boliviano.
La CPE agrega: “como institución
no delibera ni participa en acción política partidaria”, pero además que el
Comandante General de la Policía debe ser general de la institución.
En el caso boliviano, el nuevo
comandante policial es el coronel Víctor Maldonado quien no es egresado de la
Academia Policial, sino que en su pasado se destacó por ser agente (tira o
buzo, en el vocabulario popular).
El actual jefe policial que
participó como Jefe de Inteligencia en la represión a la marcha indígena en la
población de Chaparina fue formado en la Escuela Nacional de Detectives
-entidad creada por el ex presidente de facto, Hugo Banzer Suárez- pilar del
aparato represor de las dictaduras militares.
Esta designación
anticonstitucional marcó el inicio de la protesta policial.
El vicepresidente Álvaro García
Linera remarcó que “fuerzas oscuras” con fines golpistas impulsan el motín
policial liderizados por oficiales expulsados de la institución y también por
los que tienen militancia política.
"Fuerzas oscuras como ex
candidatos de partidos políticos que no son policías, que han sido retirados de
la Policía, entraron encapuchados a las unidades de las Policía levantando y
distribuyendo armas", aseveró.
Reiteró la existencia del “Plan
TIPNIS” para derrocar al Jefe del Estado Plurinacional.
Lo cierto es que hace cinco días
la cadena de mando se rompió en la institución policial, existe caos porque
entidades públicas y privadas, calles y avenidas, los ciudadanos, se encuentran
desprotegidos. Los policías no solo portan armas ni tienen el rostro cubierto
sino que saquearon oficinas de la entidad del orden y golpean a los que no
apoyan sus demandas.
“Los indígenas del país
rechazamos la existencia del Plan TIPNIS porque es una vil mentira del gobierno
para no atender nuestras demandas y para tratar de deslegitimizar nuestra
sacrificada marcha. El TIPNIS es un lugar sagrado, es un parque y territorio
indígena y todos debemos respetarlo”, dijo el dirigente Fernando Vargas.
Aunque varias organizaciones
sociales cuestionan el motín policial, otras la respaldan; mientras tanto, la
marcha indígena cuenta con el apoyo de una gran parte de la población…Lo cierto
es que en esta difícil coyuntura que atraviesa Bolivia, el gobierno debería
tener la capacidad de solucionar este conflicto –a la brevedad posible-
evitando que el proceso de cambio se vaya desgastando aceleradamente…
*Periodista y escritor boliviano.
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