Fernando Buen Abad Domínguez

Aunque el formato comunicacional
de las “cadenas” suele ser pobre, en materia de creatividad y dinamismo
comunicacional, reducidas, con frecuencia, a meros “comunicados oficiales”, son
por necesidad política diálogos estratégicos directos entre los pueblos y sus
representantes, con una agenda que, tanto de manera programática como
coyuntural, debe ponerse de relieve. Ese sólo dato hace de las “Cadenas” un
género comunicacional de nuevo tipo, madurado en la dinámica política actual y
con ayuda de tecnologías que permiten, incluso, poner en sincronía actividades
oficiales en varios puntos del territorio y con video-conferencias centrales.
Pero las oligarquías no entienden
ese diálogo propio de las “Cadenas” porque, además de verlas como enemigas
políticas, creen que son ellos quienes las “pagan”. No pocos reclaman por las
“pérdidas” que les representa cada “Cadena” y cuánto mal quedan con los
anunciantes al no poder “cumplir” con el Dios publicidad. Olvidan que su negocio
personal no puede estar por encima del interés social, creen que los espectros
electro magnéticos son de su propiedad y feudo. Silogismos oligarcas.

Es tarea de los pueblos, de su
responsabilidad comunicacional y de su lucha por una comunicación emancipadora,
garantizarse el desarrollo eficaz y eficiente de las “Cadenas” nacionales de
comunicación estratégica y no es tarea del sector burgués que se ha adueñado de
los medios de comunicación social para propagandizar su servilismo a las
mercancías y su ideología paupérrima. Pongamos orden.
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