martes, 11 de septiembre de 2012

Capriles con su “paquetazo” pretende convertir al país en “Venezuela Compañía Anónima”

Miguel Ángel Pérez Pirela
Esta semana se sumó a las declaraciones del exgobernador David De Lima, William Ojeda. No se trata de cualquier persona. Estamos hablando de un diputado de la República, activista opositor y, hasta el día de su pronunciamiento, primer vicepresidente de Un Nuevo Tiempo (UNT).
William Ojeda solo pidió que se abriera un debate en el seno de la oposición venezolana. Desgraciadamente la respuesta fue su expulsión inmediata de UNT por dar “declaraciones inoportunas, al margen de la línea del partido”. Acaso tiene razón Chávez cuando plantea la necesidad de que surja un verdadero liderazgo opositor, después del 7 de octubre. Lo que estamos viendo en este momento nada tiene que ver ni con “unidad”, ni “democracia”.

No me interesan las razones coyunturales de las afirmaciones de William Ojeda, pero vaya si me importan los motivos estructurales. Por muy opositor que se sea, no hay nada que pueda estar por encima de los intereses del pueblo venezolano. William Ojeda no hizo otra cosa que fungir como un antivirus frente a “paquetazos neoliberales” que están en los planes de Capriles y su extrema derecha.
No comparto posturas ideológicas con William Ojeda, pero cuánto hubiera sido necesario que antes del Caracazo, hubiesen salido a la luz críticas del mismo seno de la IV República, capaces de evitar esa injusta e histórica masacre.
El caso de William Ojeda es paradigmático, porque siendo uno de los protagonistas de la oposición venezolana, tuvo el ímpetu y la valentía de contravenir al candidato opositor (Capriles Radonski) y al partido político (Primero Justicia) que en estos momentos tiene los cobres y el apoyo gringo para hacer lo que le dé la gana con la oposición.
Para nadie es un secreto que la oposición venezolana ha sido maltratada por lo “hijos de papi y mami”, por la oligarquía, por los sifrinitos de ese sector.
Por más opositor que yo sea de la oposición venezolana, tengo que reconocer que no es lo mismo la pseudo socialdemocracia adeco-copeyana que el neofascismo neoliberal de Henrique Capriles Radonski, Leopoldo López y Armando Briquet. A ambos me opongo. Pero al menos tengo la certidumbre de que el mayor peligro de Manuel Rosales era la demagoga “tarjeta Mi Negra”. Por el contrario, el riesgo que corremos con Capriles Radonski es un “paquetazo neoliberal” que dejará en pañales a Carlos Andrés Pérez y el Caracazo.
Pensaba que lo peor que le podía pasar a Venezuela era la IV República, ahora me doy cuenta que hay algo peor: un partido neofascista como Primero Justicia y un candidato de extrema derecha como Capriles, dispuestos a convertir el Caracazo en un “Venezolanazo”, después de hacerse del poder en el país con las mayores reservas de petróleo. Si Carlos Andrés Pérez es el pasado, Capriles Radonski es la prehistoria de la política, la cara visible de quienes pretenden cambiar la República Bolivariana de Venezuela por la empresa privada Venezuela Compañía Anónima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario