RTVE.es / Agencia EFE
RTVE.es / Agencia EFESoldados de Israel relatan desde el anonimato en una publicación de una ONG israelí las palizas, abusos y humillaciones a niños y adolescentes palestinos que cometieron o presenciaron en los territorios ocupados entre 2005 y 2011.
El documento de Shovrim Shtiká
("Rompiendo el silencio", en hebreo), organización de soldados
israelíes en activo y reservistas que denuncia la realidad de la ocupación,
alberga 47 testimonios de más de treinta soldados israelíes sobre el trato a
menores de Gaza y Cisjordania.
En el informe se habla de palizas
gratuitas, de humillaciones, del uso de menores como escudos humanos, de
arrestos arbitrarios, del miedo de los niños e incluso de disparos letales.
"Salió y le dio una
paliza"
Un sargento primero cuenta su
experiencia en Nablus (Cisjordania) en 2005: "Al principio apuntas tu arma
a un niño de 5 años. Luego te sientes mal, diciéndote que no está bien. Luego
llega un punto en que estás nervioso y harto de ir a un pueblo y que te tiren piedras
(...) Una vez mi conductor salió y sin pestañear cogió a un chico y le dio una
paliza. El chico estaba tan solo sentado en la calle".
"Los niños seguían tratando
de pasar, así que cada mañana disparábamos en su dirección para asustarles,
hasta el punto de que el fuego iba dirigido a sus piernas, las de chicos que
estaban de pie en la playa o en un bote en el agua", explica por su parte
un sargento primero de la Marina que patrullaba la costa de Gaza
Varios de los relatos
corresponden a Hebrón, la ciudad del sur de Cisjordania que tiene un
asentamiento judío en su interior. Allí, en 2010, un sargento primero acabó
"creyendo que no hay un enemigo" tras meses de detener únicamente
"niños, adolescentes o algún doctor". "Nunca sabes sus nombres,
nunca hablas con ellos, siempre lloran y se cagan en los pantalones",
agrega.
Un sargento primero en la misma
ciudad también habla del miedo de los pequeños: "Recuerdo oirle cagarse en
los pantalones cuando le sacamos del jeep. Recuerdo otra vez en que uno se hizo
pis. Me volví tan indiferente, no podía importarme menos. Se cagó en los
pantalones. Le oí hacerlo. Fui testigo de su vergüenza. Lo olí, pero no me
importó".
Uno de los hombres a cargo de un
sargento primero en Hebrón obligaba a los niños a "separar las piernas
frente a un muro" y les "golpeaba entre las piernas con una vara de
metal" mientras les obligaba a cantar el himno nacional israelí. "Si
no cantaban al unísono, se llevaban un golpe con la vara en la rodilla", agrega.
Otro caso de agresión gratuita
fue presenciado por un sargento primero en Salfit, en el norte de Cisjordania:
"Un árabe fue llevado al baño a orinar y un soldado le golpeó y le puso en
el suelo cuando estaba esposado y con los ojos vendados. El chico no era
maleducado ni había hecho nada para provocarle odio o nerviosismo. Fue porque
sí, porque es un árabe. Tendría quince años y no había hecho nada".
La publicación acaba con un
revelador testimonio sin violencia ni humillación: "Estábamos en Ariel
(colonia judía en el norte de Cisjordania), donde poníamos retenes sin entender
por qué (...) Ponías un retén por aburrimiento, te sentabas una horas y luego
seguías". "Una vez -prosigue- vi a unos niños (palestinos) pasar y
uno de los chicos, un reservista que hablaba árabe, quería saber qué
estudiaban. No lo hizo con mala intención. Vi entonces que el niño se hacía pis
en los pantalones mientras el soldado trataba de bromear con él... cómo ambos
mundos están simplemente desconectados. El chico bromeaba y el niño se moría de
miedo".
Consultado por Efe, el Ejército
israelí lamentó que Shovrim Shtiká haya rechazado de nuevo proporcionarles los
datos antes de la publicación del informe para poder investigar las
alegaciones.
"Al recopilar testimonios
durante largos periodos de tiempo y rechazar proveer detalles adicionales, la
organización prueba sus verdaderas intenciones: en vez de facilitar una
investigación apropiada, busca generar publicidad negativa sobre el Ejército
israelí y sus soldados", respondió en un comunicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario