El imperialismo
norteamericano nunca ha dejado de inmiscuirse en los gobiernos que considera
que no le son favorables para sus intereses, sin importarles que ellos
defiendan los suyos. Los Gobiernos norteamericanos tienen una tradición de
ataques contra Latinoamérica, pero aquí no nos vamos a referir a las historias
de intervenciones como la que hicieron varias veces en México a mediados de
siglo XIX o a principios del siglo XX, ni a la de Nicaragua empezando
igualmente el siglo, tampoco a las de Panamá, Cuba, Republica Dominicana y
otras mas. Ahora nos referiremos a la conspiración en contra de Bolívar y la
Gran Colombia.
He sido un admirador de
la gran figura del Libertador y puedo decir sin temor a parecer exagerado, que
he leído una gran cantidad de libros sobre la vida de este gran hombre
latinoamericano, he leído igualmente libros sobre la guerra de Independencia de
Venezuela, la Nueva Granada, Ecuador y el Alto y Bajo Perú. Lo he hecho por
placer y también para documentarme para mi libro: “Un Sueño con Bolívar” que
escribí hace varios años que consta de una bibliografía de casi 100 libros
pertenecientes a mi biblioteca. En muchos de esos textos la historia relata que
los norteamericanos ya estaban en la segunda década del siglo XIX en
conspiraciones con traidores a la Patria o como ahora son llamados Pity Yanquis
para destruir el sueño de Bolívar.
En el mes de marzo de
1829, Los Estados Unidos envía como Embajador al General William Henry
Harrinson, hombre de posiciones extremas y algo violento. En un banquete
celebrado en la ciudad de Bogota en el aniversario de la Batalla de Boyacá, una
persona propuso un brindis por los hombres ilustres de América, sus
libertadores: Washington y Bolívar. El militar yanqui se enoja y grita:
¡Washington muerto vale
mucho más que Bolívar vivo!
Para nadie era un
secreto que en la Gran Colombia que ya se encontraba moribunda y nuestro héroe
luchaba para salvarla, la colonia anglo norteamericana era enemiga de Bolívar.
Ya para el año de 1818 en Venezuela, habían sido detenida dos goletas gringas
tratando de romper el bloqueo que los patriotas habían impuesto a las plazas de
Guayana y Angostura, llevando armas a los españoles. Igualmente se conoce en el
año 1817, cuando 150 patriotas comandados por el Corsario Luis Aury y el
General Mac Gregor ocuparon la isla Amelia, en la costa Atlética de los Estados
Unidos que se encontraba en poder de España con el fin de amenazar a Cuba y
ayudar a los patriotas de México, bloqueando el envió de armas y tropas en
contra de los combatientes venezolanos, el Presidente Monroe empezó a
descalificar a los venezolanos llamándolos piratas y contrabandistas,
desconociendo el gobierno instaurado en la isla, además librando una orden de
captura contra Mac Gregor y Aury atacando la isla y anexionándola a Los Estados
Unidos.
Volviendo a los tiempos
del fin de la Gran Colombia, los anglo norteamericanos aparecen en la intentona
del General Córdoba, en donde falleció el héroe de la frase “A Paso de
Vencedores”.
Este General granadino
conocido por su bravura en el combate era novio de Fanny Henderson, hija del
embajador de Gran Bretaña en la Gran Colombia, quien después de muerto Córdoba
se consoló rápidamente casándose con un paisano.
Quizás a Los Estados
Unidos no les gustó mucho no ser invitados al Congreso de Panamá, que fracasó,
cuestión favorable para ellos ya que el cónsul norteamericano para El Perú
decía que con este fracaso ellos se veían aliviados de un enemigo peligroso en un
futuro. El cónsul ingles en el Perú en carta dirigida al Conde de Dudley que
era Secretario del gobierno ingles le decía que los gringos lamentaban que
donde había brotado un Cesar no apareciera un Brutus y de esta manera
demostraban sus planes en contra de Bolívar.
El Libertador era
llamado en el Congreso de Los Estados Unidos “el loco de Colombia”, en pocas
palabras para los gringos hay que ser loco para oponerse a sus planes y hay que
dejar que sean destinados a plagar de miseria a nombre de la libertad como dijo
Simón Bolívar. Las cosas no han cambiado mucho desde esos tiempos.
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