martes, 4 de septiembre de 2012

Chávez se crece ante las dificultades

Miguel Ugas
º Por eso la derecha no puede con él
º Cuidado con la impotencia imperial y la derecha internacional
Chávez, qué tiene Chávez, que la derecha y el imperialismo no pueden con él. Esta es una interrogante que han de formularse los agentes imperiales cada vez que se plantean analizar el caso venezolano, tal cual, como se la estuvieron formulando durante décadas con relación al Comandante Fidel Castro y el caso cubano. Efectivamente, a pesar de los muy diversos intentos que los derechistas y los imperialistas han emprendido para derrotar o debilitar al líder de la revolución bolivariana, se encuentran que éste más bien sale fortalecido de las distintas situaciones, tanto naturales como inducidas, a las que ha tenido que enfrentar; todo ello para el desánimo, frustración y desesperanza de quienes son los encargados de concebir, planificar y ejecutar tales acciones inducidas aunque con las naturales al no producirse los resultados esperados también se les cuece el alma. Dificultades naturales Comenzando por el deslave de diciembre de 1999, cuando ante una adversidad de tal magnitud que llenó de dolor a miles de familias venezolanas, particularmente en el estado Vargas, pero también afectó grandemente a muchas que quedaron damnificadas en otras regiones del país. La derecha y el imperio creyeron que el nobel Presidente no tendría la pericia indicada para afrontar tal situación y, sin embargo, lo hizo con la entereza suficiente como para lograr una relación de empatía tan afectiva con la población varguense que esta le ha sabido corresponder con un amplio respaldo en todas las oportunidades en las que lo ha requerido.
Así mismo, en las temporadas de sequía en las que los embalses han estado a punto de secarse y se ha tenido, en consecuencia, que racionar el consumo de agua potable y el consumo de energía eléctrica, el gobierno de Chávez ha sabido manejar tan angustio sos momentos, tan es así, que ha podido salir avante sin que se haga hecho mella en la popularidad del líder bolivariano, todo ello, a pesar del manejo mediático manipulador desarrollado por la jauría comunicacional derechista tanto local como internacional intentando poner en tela de juicio la acción gubernamental. Igual escenario mediático manipulador se ha manejado en las oportunidades en que se han presentado las inundaciones por efecto de las incesantes lluvias con sus secuelas de muertes, damnificados, viviendas y sembradíos arrasadas, en diferentes regiones del país, como el caso último de Cumanacoa, anteriormente en La Goajira y, sobre todo, en la zona metropolitana de Caracas donde se ha tenido que atender a miles de familias en refugios expresamente acondicionados y en muchas instalaciones públicas.
La atención recibida por estas miles de familias refugiadas ha venido siendo sistemática, permanente, con una visión de integralidad y de centralidad humana que comprende desde la dispensa de alimentación, salud, educación, aporte económico para los más necesitados, garantía de trabajo, recreación deportiva y cultural hasta la dotación de viviendas dignas y confortables a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela; una atención que en nada se compadece con la forma inhumana, insolidaria y, en síntesis, capitalista que se les daba a las familias que en la etapa cuarta republicana, durante los gobiernos puntofijistas, tenían la desgracia de ser afectados por una calamidad de esta naturaleza o como en el caso del tristemente célebre huracán Katrina, que en la zona de New Orleans, EEUU, durante el segundo período presidencial del también tristemente célebre George W. Bush, ocasionó miles de muertes y damnificados, en su gran mayoría negros, y la administración estadounidense hizo uso del principio neoliberal: que cada quien se las arregle como pueda. Con todo y su poderío mediático la derecha y el imperio no han podido desvirtuar esta realidad y mucho menos socavar las bases que sustentan la popularidad y la raigambre social del Presidente Chávez. Las inducidas Las dificultades de esta índole han estado presentes desde el inicio mismo de la gestión gubernamental bolivariana.
La derecha y el imperialismo no cejan en su empeño de pretender destruir a Chávez y a su gobierno y de impedir que se siga consolidando como un ejemplo a seguir para todos los pueblos que luchan por su liberación y por la dignidad y soberanía nacionales. Desde el acaparamiento de alimentos y productos de consumo masivo con la intención de crear escasez artificial de los mismos; la organización de golpe de estado con la consabida renuncia presidencial que nunca se produjo y la masacre generada por francotiradores con el malévolo propósito de atribuírsela mediáticamente a Chávez; el desarrollo de un paro petrolero- empresarial que conllevó, en una alta proporción, a la paralización del aparato productivo nacional, particularmente, de la producción de gasolina, gas doméstico y de otros derivados del petróleo durante más de sesenta días, creando una situación de zozobra y desasosiego en la población; introducción en el país de paramilitares dispuestos a generar violencia extrema, incluso hasta de atentar contra la vida del propio Comandante Chávez; sabotajes en el Sistema Eléctrico Nacional, en el Sistema Metro de Caracas y en el Sistema Hídrico Nacional; auspicia miento de situaciones extremas en el Sistema Carcelario Nacional; etc; todo esto sustentado en el apoyo de funcionarios infiltrados en distintos niveles de la administración pública y contando con financiamiento proveniente de las arcas imperiales.

Pero, muy a pesar de la intencionalidad derechista, lo cierto es que la figura de Chávez ha logrado no sólo sobreponerse a estas dificultades sino que se ha empinado sobre ellas, erigiéndose, cada vez, en un líder político que mantiene y eleva su aceptación en la querencia del pueblo, ubicándose, según las encuestas, por encima del 60 por ciento en la estima de los venezolanos; un récord mundial al cabo de más de 13 años de ejercicio de gobierno democrático. Chávez, además, ha logrado, al parecer, vencer un cáncer que lo afectó durante casi todo el año 2011, enfermedad que, por cierto, algunos de sus seguidores sostienen que de alguna manera fue inducida por la perversidad estadounidense; el tiempo hablará. Esta fue una batalla que supo librar con mucha responsabilidad y valentía. Así como la que acaba de enfrentar con la estruendosa explosión de unos tanques en Amuay, en el Complejo Refinador de Paraguaná, que dejó un lamentable saldo de 42 compatriotas fallecidos y varias decenas de heridos, muchos otros afectados y cuantiosos daños materiales; explosión en la que tampoco habría que descartar la larga y pestilente mano peluda imperial.
Chávez, como siempre, se echó la dificultad al hombro y con la solidaridad y sensibilidad que lo caracteriza se apersonó en el centro de los acontecimientos, junto con su equipo de gobierno, para liderar las acciones de socorro y apoyo a los afectados, llegando de esta manera, una vez más, al corazón del pueblo. Alerta redoblada El imperialismo y sus acólitos locales no pueden con Chávez, mucho menos en esta oportunidad que le han puesto como contendor a un candidato que le cuesta entusiasmar a sus propios seguidores, un candidato que más que majunche es un inepto, a todas luces, no preparado para desempeñar con cierto decoro el papel de rival de un hombre que como Chávez ya está sembrado como líder de los pueblos oprimidos del mundo. Por ello, ante esta realidad es que hay que redoblar la actitud de alerta frente al águila imperial que reiteradamente ha demostrado su abyecta inclinación de apelar a cualquier método, incluido el magnicidio, con tal de alcanzar sus deleznables propósitos. Al Chávez batallador, a nuestro entender, en el mediano plazo, sólo lo podrá abatir el efecto, por demás negativo, de una burocracia que con su práctica desaprensiva y hasta corrupta, si no se le detiene a tiempo, llevará al traste la esperanza y el esfuerzo del conductor del nuevo sueño bolivariano y, con ello, la posibilidad histórica de nuestro pueblo de construir una Patria socialista integrada a los pueblos hermanos nuestro americanos.
Como una vez sostuvo el insigne profesor Miguel Acosta Saignes refiriéndose a Bolívar como el hombre de las dificultades, en nuestras circunstancias históricas, los venezolanos de ahora bien podríamos hablar de Chávez como el Hombre de las Dificultades, presentes y futuras.

*miguelugas@gmail.com

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