A un mes de las elecciones
presidenciales en Venezuela, el pueblo soberano lucha contra la amenaza de una
élite al servicio de las multinacionales y los intereses estadounidenses que
buscan retomar el poder en el importante país petrolero
Cuando medios internacionales
comienzan a publicar día tras día artículos destacando todo lo negativo que
ocurre en Venezuela y se intensifican las agresiones verbales de los voceros de
Washington contra el gobierno venezolano, mientras dentro del país, aumentan
los sabotajes y planes de desestabilización, sabemos que estamos apenas días de
un importante proceso electoral. Las amenazas contra la soberanía de la
Venezuela revolucionaria abundan y las garras imperiales, encarnadas en un
candidato opositor motivado por su sed por el poder y su avaricia de complacer
a la élite, hacen claro que el próximo 7 de octubre en Venezuela, se juega la
patria.
Todas las encuestas, incluso las
que más se identifican con el sector opositor en Venezuela, indican que el Presidente
Hugo Chávez será reelecto con una amplia mayoría. La encuestadora Datanálisis,
cuyo fundador, Luis Vicente León, firmó un decreto dictatorial durante el golpe
de estado contra el Presidente Chávez en abril 2002 disolviendo todas las
instituciones democráticas del país, determinó hace un mes que a estas alturas,
Chávez solo podría perder si hubiera un evento “extraordinario” o
“catastrófico” antes de las elecciones presidenciales el 7 de octubre. Desde
entonces, ha habido múltiples “accidentes” e incidentes trágicos en Venezuela,
incluyendo el colapso de un importante puente que conecta la capital Caracas
con el oriente del país, una terrible explosión en la refinería Amuay en el la
costa noroeste que dejó un saldo de 41 muertos y más de 100 heridos, violentos
motines en cárceles, y una supuesta masacre de indígenas en la Amazonía.
El gobierno venezolano ya ha
construido un puente provisional mientras reparan el puente de Cúpira, y la
refinería de Amuay está comenzando a funcionar de nuevo, mientras el gabinete
de Chávez y el gobierno regional del estado Falcón atienden a las víctimas del
lamentablemente incidente. Los motines carcelarios han sido controlados por las
autoridades del estado y la supuesta masacre en Amazonas está siendo
investigada. Accidentes o eventos provocados por una mano saboteadora, estos
sucesos han servido como municiones para la campaña nacional e internacional
contra la reelección del Presidente Hugo Chávez.
LOS MEDIOS
Dentro de Venezuela, aún una
mayoría de medios están en manos privadas que mantienen una postura que
sobrepasa la crítica contra el gobierno venezolano. Estos medios, que son
poderosos canales de la agenda opositora, promueven distorsiones,
manipulaciones y hasta mentiras y difamaciones en contra del Presidente Chávez
y su entorno. Su trabajo es a diario, y su campaña mediática contra el gobierno
de Chávez ha sido incesante y permanente.
Medios internacionales, sin
embargo, trabajan por ciclos noticiosos. Solo reportan sobre Venezuela lo
negativo e intensifican su lenguaje sesgado cuando se acerca un proceso
electoral de interés e importancia internacional. En un día de esta semana, se
leen múltiples titulares sobre Venezuela en medios estadounidenses que solo
hablan de muerte, corrupción y supuestas “amenazas” contra derechos humanos:
“Informe: Refinerías venezolanas afectadas por mala gestión” (CNN); “Bebé
venezolano que había sido secuestrado fue encontrado muerto” (Fox News);
“Masacre de indígenas en Amazonas, Venezuela” (Fox News); “Desastre en refinería
revela debilidades en empresa petrolera venezolana” (Washington Post); “Medios
venezolanos bajo asalto” (CBS News); “Periodistas venezolanos amenazados por
hackeros pro-gubernamentales” (Americas Quarterly); “Elecciones Injustas en
Venezuela” (Huffington Post); “Medios privados en Venezuela se asfixian bajo el
asalto de Chávez” (CPJ Press Freedom Online).
Esta campaña internacional contra
Chávez no es nueva. Su intención está clara: promover la percepción de que en
Venezuela se vive bajo una dictadura en caos, violencia, inestabilidad y sin
ley. Según esta campaña, que se repite a través de los medios nacionales, las
instituciones del estado no sirven (al menos que permiten la victoria electoral
de la oposición), y el país no funciona. Aunque nada está más lejos de la
verdad y cualquier persona que visita a Venezuela se queda asombrada de las
amplias libertades en esta “dictadura” y los extraordinarios avances y logros
de este gobierno que “no sirve” – de igual manera, la percepción negativa y
amenazante de Venezuela es la que más circula en los medios mundiales.
Uno de los principales canales de
estas matrices negativas contra Venezuela son los voceros de Washington.
Durante la recién conferencia republicana en Tampa, Florida, Venezuela - bajo
el Presidente Chávez - fue declarada una “amenaza creciente” contra Estados
Unidos. El candidato republicano Mitt Romney ya ha declarado que en caso de ser
electo, tomará acciones contra el “dictador Chávez”. El regreso de los
republicanos a la Casa Blanca podría significar el retorno de los elementos más
peligrosos del poder estadounidense, incluyendo el infame Roger Noriega, ex
subsecretario de Estado para América Latina durante el gobierno de George W.
Bush, quien actualmente se dedica a difamar, amenazar y ofender al Presidente
Chávez a través de sus escritos publicados en diferentes medios
estadounidenses.
El ex presidente de Colombia,
Álvaro Uribe, también se ha ocupado con la tarea de atacar al Presidente Hugo
Chávez en sus declaraciones y escritos. Hace poco Uribe montó un show en el
lado colombiano de la frontera con Venezuela, reuniéndose con opositores
venezolanos para consolidar la “alianza contra Chávez”. El ex mandatario
colombiano se ha convertido en una patética caricatura que escupe amenazas
contra el jefe de estado venezolano a través de su cuenta en Twitter.
Estos oscuros personajes
alimentan el léxico violento contra Venezuela, mientras intentan pintar al
gobierno de Chávez como la “amenaza más grande” contra el poder estadounidense.
Sin pruebas, acusan a Venezuela de patrocinar terrorismo, narcotráfico y hasta
planes para atacar a Estados Unidos desde ficticias bases militares iraníes en
territorio venezolano.
Por más ridículos que parecen,
siguen siendo peligrosos. Que las pruebas sean falsas nunca ha sido disuasivo
para los halcones de Washington y sus lacayos.
LOS FINANCISTAS
Los millones de dólares siguen
fluyendo desde las agencias de Washington a los grupos políticos de la
oposición, una gran parte de la cual se ha invertido en su campaña electoral.
El Presidente Barack Obama había solicitado un fondo especial en su presupuesto
nacional este año de 5 millones de dólares para la campaña opositora en
Venezuela. Ese dinero fue adicional a los más de 15 millones ya apartados para
financiar grupos opositores en Venezuela a través de la USAID y sus múltiples
contratistas.
El Fondo Nacional para la
Democracia (NED) ha canalizado más de 1.5 millones a grupos antichavistas este
año, enfocando su “ayuda” especialmente en sectores jóvenes y periodistas y
medios privados. Según su último informe, una parte significativa de esos dólares
fue entregada a grupos como Voto Joven, que se dedican a promover la campaña
contra el Presidente Hugo Chávez dentro de la juventud. Otra gran parte de ese
pote de oro fue a organizaciones como Espacio Público, dedicadas a denunciar
supuestas violaciones contra la libertad de expresión en el país.
EL PLAN
Toda esta maquinaria – la
desestabilización interna, la campaña mediática, las amenazas externas y los
millones que alimentan al conflicto – tiene un propósito muy claro: sacar a
Chávez del poder, destruir la Revolución Bolivariana e instalar un gobierno
subordinado a la élite y las grandes potencias.
El plan de la oposición es
innegable. Según su propio programa de gobierno, acabarían con los programas
sociales del gobierno de Chávez, llamados “misiones”. Lo que queda de las
misiones luego de sus recortes neoliberales sería privatizada y convertida en
empresas que explotan al pueblo en lugar de atenderlo. Las empresas del estado
serían privatizadas, dando grandes comisiones y contrataciones a los más
íntimos amigos de los que aspiran gobernar al país. Los créditos solidarios dados al pueblo para
sus casas, carros, muebles, y productos de consumo serían aumentados a cifras
inalcanzables. Harían todo lo posible para extinguir la llama del poder popular.
Romperían acuerdos y relaciones
con países soberanos como Cuba, China, Rusia, Bielarrusia, Irán, Boliva,
Ecuador, Nicaragua y muchos más con los cuales Venezuela tiene importantes
convenios para tecnología, agricultura, alimentación, energía y comercio.
Incrementarían relaciones con Washington y sus aliados, abriendo el país a las
multinacionales, los explotadores, los saqueadores. Ya la oposición ha hecho
público su desprecio por la integración y unión latinoamericana. CELAC, UNASUR
y especialmente ALBA serían botados a la basura.
Peor aún, implementarían un
estado represivo con una persecución violenta contra el chavismo. Lo han dicho
y lo han hecho ya. Durante el golpe de estado contra el Presidente Chávez en
abril 2002 la misma gente que hoy quieren gobernar persiguió a ministros y
colaboradores del gobierno de Chávez para golpearlos, torturarlos y hasta
asesinarlos. Henrique Capriles Radonski, hoy candidato presidencial de la
oposición, lideró un asalto contra la embajada de Cuba durante ese golpe,
apoyando acciones violentas contra su sede diplomática y su personal,
incluyendo el corte de su agua y electricidad, la prohibición de sus entradas y
salidas, la negación de acceso a comida y bebida, y la destrucción de sus
vehículos y propiedades. Capriles saltó la pared de la embajada y entró
ilegalmente – y violentamente – en territorio soberano y protegido por ley
internacional.
Esta es la gente que quiere
retomar el poder el próximo 7 de octubre en Venezuela y adueñarse de sus
recursos estratégicos. La misma gente que hace días durante un evento de
campaña frente a trabajadores públicos llamó a los obreros “jalabolas” por
apoyar a Chávez. Esta gente no solamente desprecia al pueblo, lo odia.
En mayo de este año 2012, el
veterano periodista estadounidense Dan Rather reportó que una fuente anónima
cercana al Presidente Chávez aseguraba que el mandatario venezolano no viviría
para ser reelecto en octubre. Lo mismo había venido diciendo el obsesionado
Roger Noriega, seguido por un coro de seudo-periodistas venezolanos que
repetían sus rumores con una perversa agitación. Este grupo enfermizo del
antichavismo apostaba para el cumplimiento del falso tubazo necrofílico de
Rather. A saber que no iba a ser así, optaron por su plan b.
A un mes de las elecciones
presidenciales en Venezuela la violencia opositora aumenta y su intento de
desacreditar al proceso electoral suena más duro cada día. Preparan sus gritos
de fraude y sus denuncias de trampa ante el mundo. Aunque el proceso electoral
en Venezuela está blindado y es reconocido como uno de los más confiables y
transparentes del mundo, los insaciables que quieren el poder en el país con
las más grandes reservas petroleras del mundo no tolerarán una pérdida.
La patria está en juego en
Venezuela, y la patria tiene que ganar.
http://actualidad.rt.com/expertos/eva_golinger/view/52862-elecciones-venezuela-patria-juego
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