José María León
GkillCity
Cuando el miércoles 15 de agosto
de este año resultaba inminente que Julian Assange obtendría el asilo político
que había solicitado, de parte del gobierno del Ecuador, le escribí al profesor
Noam Chomsky, uno de los pensadores más importantes de la actualidad para que
me respondiese unas preguntas sobre el asilo, la geopolítica que rodea este
caso y la libertad de expresión.
Hace varios meses había mantenido
una breve correspondencia con el profesor Chomsky, que aún no había podido
materializar en una entrevista para GkillCity. Sin embargo, cruzamos un par de
correos electrónicos y, aunque me advirtió que tenía una cola de solicitudes de
entrevistas que suele programar para meses después, iba a hacer lo posible por
responderlas.
El domingo 19, recibí un correo
electrónico a las 10:08 de la mañana, con una breve introducción de Chomsky, el
lingüista y filósofo norteamericano, quien devolvía el cuestionario contestado.
A continuación una traducción de su contestación, acá les dejo las respuestas
originales en inglés.
Profesor Chomsky, sabemos que
está abrumado con peticiones de entrevistas, así que queremos agradecerle esta
oportunidad. Queremos conocer sus impresiones sobre el último affair
diplomático que ha puesto al Ecuador en el centro de la atención internacional:
el asilo político a Julian Assange.
1. El gobierno de los Estados
Unidos ha emitido una declaración en la cual expresa que este es un problema
entre los británicos, los ecuatorianos y los suecos. ¿Cree que es un argumento
honesto? ¿Realmente están los Estados Unidos interesados en el destino de
Julian Assange?
La afirmación no puede ser tomada
en serio, sencillamente. La sombra que acecha sobre todo este asunto es la
expectativa de que Suecia envíe de forma rápida a Assange a los Estados Unidos,
donde las oportunidades de que reciba un juicio justo son, virtualmente, cero.
Eso se evidencia por el trato brutal e ilegal a Bradley Manning y la histeria
generalizada del gobierno y los medios sobre Assange. Más allá de esto, para
aquellos que creen que los ciudadanos tienen el derecho a saber qué es lo que
su gobierno planea y hace –esto es, quienes tienen un persistente afecto por la
democracia– Assange no debería enfrentar un proceso judicial sino, por el
contrario, ser condecorado con una medalla al honor.
2. En una entrevista con Amy
Goodman, de Democracy Now! usted afirmó que la mayor razón para los secretos
gubernamentales es proteger a esos mismos gobiernos de su gente ¿Por primera
vez en la historia el mundo está viendo la verdadera cara de la diplomacia?
Cualquiera que estudie documentos
desclasificados pronto advierte que el secretismo gubernamental es un esfuerzo
para proteger a los hacedores de políticas públicas del escrutinio ciudadano,
no para proteger el país de enemigos. Sin duda, ese secretismo es a veces
justificado, pero es algo raro, y en el caso de las filtraciones hechas por
Wikileaks, no he visto un solo ejemplo que así lo hubiese ameritado.
Sin embargo, esta no es -de
ninguna manera- la primera vez que documentos filtrados han expuesto la
“verdadera cara de la diplomacia”. Los Papeles del Pentágono es un caso famoso
pero la verdad es que este es un asunto constante. Los registros expuestos,
inclusive los documentos desclasificados oficialmente, son por lo general
bastante impresionantes; aunque es muy raro que esta información sea conocida
por el público en general e, inclusive, por la mayoría de la academia.
3. En el asunto específico del
asilo otorgado por el Ecuador a Assange, se ha argumentado que el gobierno
ecuatoriano ha mostrado ambigüedad hacia la libertad de prensa: por un lado
mantienen un constante confrontación retórica (que ha sido llevada a las
cortes, como los casos de Diario El Universo y los periodistas Juan Carlos
Calderón y Christian Zurita, autores del libro Gran Hermano) y por la otra, le
otorgan el asilo a Assange ¿Ve usted también la contradicción en esto? ¿O tiene
una lectura diferente?
Personalmente, pienso que solo en
extremas circunstancias debe ser utilizado el poder estatal para restringir la
libertad de prensa, sin importar cuan desgraciado y corrupto sea el
comportamiento de los medios. Y sin duda ha habido muchos abusos severos –por
ejemplo, hubo un escándalo internacional hace unos años cuando las leyes
británicas sobre calumnias fueron utilizadas por una gran corporación mediática
para destruir a un pequeño diario disidente por publicar una crítica a una
noticia publicada por la gran corporación-. Eso no generó, virtualmente,
ninguna crítica. El caso ecuatoriano debe ser examinado individualmente, pero
más allá de cualquier conclusión, no tiene porqué pesar en el otorgamiento del
asilo a Assange, así como la vergonzosa supresión de la libertad de expresión
en el caso británico que mencioné no tendría porqué pesar si Inglaterra
otorgase asilo a alguien que justamente tema ser perseguido. Y nadie diría lo
contrario en casos de cualquier Estado occidental poderoso.
4. Ya que estamos hablando de
ambigüedad, ¿hay un doble estándar en la aplicación de la ley por parte de los
británicos, ya que en el caso Pinochet la extradición solicitada por Baltazar
Garzón fue rechazada?
El estándar gobernante es la
subordinación a los intereses del poder. Rara vez hay una desviación.
5. ¿Cuál es, en su opinión, el
futuro inmediato del caso Assange? ¿Va la policía británica a asaltar la
Embajada ecuatoriana? ¿Podrá Assange salir del Reino Unido y, después de ello,
permanecer fuera de todo riesgo incluso llegando al Ecuador?
Virtualmente, no hay ninguna
posibilidad de que Assange pueda salir del Reino Unido, ni de la Embajada de
Ecuador. Dudo mucho de que Inglaterra vaya a asaltar la Embajada, que sería una
violación radical del Derecho Internacional, pero tampoco creo que esa opción
deba ser descartada. Vale la pena recordar, por ejemplo, el asalto contra la
Embajada del Vaticano hecha por fuerzas estadounidenses después de invadir
Panamá, en 1989. Las grandes potencias se consideran a sí mismas inmunes al
Derecho Internacional y las clases educadas por lo general protegen esa
postura. Mi previsión es que los británicos esperarán hasta que Assange no
tolere más estar confinado a un pequeño cuarto en la Embajada (que de hecho es
un departamento de tamaño modesto).
6. En un aspecto más amplio, y
para terminar esta entrevista, Slavoj Zizek dijo que no estamos destruyendo el
capitalismo, sino atestiguando cómo el sistema se destruye a sí mismo ¿Son los
movimientos Occupy, las crisis financiera en Europa y Estados Unidos, el
surgimiento de Latino América y otras regiones antes reputadas marginales y el
caso Wikileaks signos del derrumbe del sistema capitalista?
Lejos de eso. La crisis
financiera en Europa podría ser resuelta, pero está siendo utilizada de palanca
para socavar el contrato social europeo; es, básicamente, un caso de lucha de
clases. Los registros de la Reserva Federal de los Estados Unidos lucen mejor
que la de su par europeo, pero es aún demasiado limitada, y hay otras medidas
que podrían adoptarse para paliar la crisis en Estados Unidos, que es una
crisis de desempleo, principalmente.
Para la población en general, el desempleo
es la mayor preocupación pero las instituciones financieras, que tienen una
posición dominante en la economía y el sistema político, están más interesadas
en recortar el déficit y sus intereses prevalecen. En general, hay una brecha
gigante entre el interés público y las políticas públicas. Este es un solo
caso. El surgimiento de América Latina es un fenómeno con significado histórico,
pero está lejos de remover el sistema de estado capitalista. Y mientras
Wikileaks y los movimientos Occupy son irritantes para los poderosos –y una
gran ayuda para el público– no son una amenaza para los poderes fácticos
dominantes.
Muchas gracias, profesor Chomsky,
por su tiempo y respuestas. Esperamos verlo pronto por el Ecuador.
Había planeado una visita hace
algunos años, pero una emergencia me impidió hacerla. Espero poder concretar
una más pronto que tarde.
Fuente:
http://www.sanborondon.info/content/view/46607/34/
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